Muro de Berlín: La East Side Gallery

Brotherhood Kiss, berlín

Brotherhood Kiss, berlín

Es increíble que el Muro de Berlín lo derribaran hace sólo 22 años, aunque lo es más el hecho de que muchos berlineses, ya mayores, no hayan conocido aún la otra parte de la ciudad. Esto me lo contó un chico alemán que nos sirvió de guía en la capital germana. Al parecer, el hecho de haber estado tantos años separados, de 1961 que fue cuando se levantó el muro hasta 1989, momento de la caída, ha hecho que muchos de los alemanes aún vean con malos ojos la otra parte de la ciudad. Según nos contó Dennis, cuando uno de sus amigos se independizó y se fue a vivir al este de Berlín, la madre se echó a llorar.



El límite del oeste y este aún está presente en toda la ciudad, ya que las marcas del muro tras su demolición aún se pueden ver en el suelo. Algunos trozos de muro se han conservado como símbolo de la superación de la Guerra Fría que dividió no sólo la capital, sino también a los alemanes. También permanecen en pie unas tres torres de vigilancia, desde donde los soldados soviéticos disparaban a los ciudadanos del este cuando intentaban trepar el muro hacia el otro lado.

Muro de Berlín

Aunque hay partes del Muro de Berlín casi intactas en los alrededores del ChekPoint Charlie y al noreste de Berlín, y digo casi porque antes varios comerciantes ambulantes y turistas se dedicaban a cortar partes para comercializarlas como recuerdos; lo cierto es que la parte más famosa, el trozo que más visitas atrae en la ciudad es el East Side Gallery, que se convirtió en la galería de arte al aire libre más grande del mundo.

Éste se encuentra al este de la ciudad, a las afueras. Para acceder hasta allí podemos ir caminando por el paseo del río Spree desde Alexander Platz hasta Ostbahnhof, o ir en tren hasta la parada con el mismo nombre. Este trozo de muro recorre 1,3 kilómetros y en él no hay un trozo de pared que no se haya transformado en arte. Berlín es la ciudad por excelencia de los artistas, ya que hay un montón de pinturas y obras de arte por toda la ciudad. Sin embargo, ninguna de ellas impresiona tanto como las realizadas sobre el muro que plasman la euforia y la crítica de este suceso histórico a través de reflexiones y pinturas políticas. Ésta se compone de unos cien murales creados por artistas internacionales.

Playa de Berlín

Justo detrás, a orillas del Spree hay varios chiringuitos de playa, ya que cuentan hasta con arena y hamacas, curiosos de ver. Esto es muy característico de Berlín, ya que este tipo de bares de verano están incluso en pleno centro de la ciudad. Desde luego, echados en una tumbona tomándonos una Berliner, la cerveza más típica de allí, no tendremos la sensación de estar en el centro de una capital europea que ni siquiera está en la costa.

Al final del Muro está el Puente Oberbaum Brücke, que fue uno de los pasos fronterizos entre el Berlín oriental y el occidental. De aquí se conoce que, en tiempos de la Guerra Fría, un niño de la parte oriental cayó al río y, al no haber de entonces un acuerdo de socorro entre aguas fronterizas, la RDA prohibió su rescate, tanto a los bomberos de la parte occidental como a los de la parte oriental. Desde aquí, podemos volver al centro pillando al final del muro el metro o tren en la estación de Warschauer Strabe. Y, si queremos más información sobre el Muro de Berlín, en CkeckPoint Charlie hay una exhibición al aire libre en donde se explica su historia. Está realmente bien.

Sobre la imagen de la portada: El beso de Leonid Brezhnev y Erich Honecker

Este beso no es ningún montaje, sino que es real. El artista ruso Dimitri Vrubel lo pintó en verano de 2009. El dibujo es una réplica de la fotografía tomada en 1979 en Berlín de Erich Honecker, el jefe de Estado de la RDA; y Leonid Brezhnev, dirigente de la Unión Soviética, en el 30 aniversario de la República Democrática Alemana (RDA) como elogio al comunismo. La pintura se llama Brotherhood Kiss.

 

Imágenes de la East Side Gallery:

 

Periodista digital especializada en viajes

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