Guissona: del Imperio Romano al imperio Bon Área

Parque arqueológico de Guissona
Parque arqueológico de Guissona
Restos de la infraestructura vinícola

Estamos en el año 100 antes de Jesucristo. Hispania está ocupada por los romanos, con las capitales que ya todos conocéis: Barcino, Tarraco… e Iesso, ¿Iesso? Sí, más conocido hoy en día como Guissona, este pequeño pueblo de Lleida fue en su día incluso más grande que Barcino, llegando a alcanzar unas 15-18 hectáreas, aunque la mayoría de sus cimientos romanos aún guardan su descubrimiento bajo el asfalto sobre el que nos encontramos. Excavarlos sería levantar casi la totalidad de Guissona.

Por suerte, existen dos hectáreas donde el “¡Ave César!” cobra vida, a pesar de que en un primer momento la sensación sea de solar abandonado. Es territorio de arqueólogos, el Parque Arqueológico de Guissona, al que al año acuden numerosos historiadores para estudiar y analizar los últimos hallazgos.

Parque arqueológico de Guissona

 

Cuando pienso en los romanos inevitablemente se me viene a la cabeza Julio César. Pocos más podría nombrar (¿Máximo? ¿Augusto? Claro que todos los nombres en latín suenan a césar). A él me lo imagino sentado en un diván con una copa de vino en la mano y, en la otra, un racimo de uvas. Una imagen para nada preconcebida de Asterix y Obelix y que se repite en “Julio César en el circo”, “Julio César en el foro, “Julio César en las guerras púnicas”, y así un largo etcétera, pero siempre con el vino. Pues bien, aunque Julio César nació el mismo año que se fundó Iesso, por aquel entonces la producción vinícola estaba más que desarrollada.

Muestra de ello son los restos de una antigua prensadora de uvas. Cómo lo hacían podría ser un misterio, pero como los arqueólogos e historiadores son incapaces de dejar un cabo suelto, nuestro estupendo guía Josep Ros nos fue mostrando su proceso de elaboración mientras señalaba un conjunto de piedras colocadas al tuntún que, si no fuera por él, uno nunca adivinaría la utilidad de aquel cubículo. Lo mismo con los demás restos, a excepción de la muralla, una de las ruinas romanas mejor conservadas y definidas que protegía la antigua urbe.

Donde ésta empieza a confundirse con la tierra es donde se encontró la antigua puerta de entrada y la torre de vigilancia (actualmente marcada con una estructura metálica, tal y como podéis ver en la imagen superior). Unas losas con hendiduras de gran magnitud nos permiten hacernos una idea de las dimensiones de la misma. Y, como si ésta aún existiera, traspasamos el umbral para avanzar sobre su calle principal, el cardum maximum que, como seguramente os sonará de haberlo estudiado en el colegio (o no), junto con el dacamun maximun formaba el eje central de la ciudad. Dos grandes vías que supusieron la revolución de la arquitectura urbanística y que ha sido y es todo un referente hasta nuestros días.

En sus aledaños, un conjunto de piedras que componen cuadrados más definidos revelan la existencia de varias casas de la época que, años más tarde, se remodelaron como vivienda señorial, o domus. Entre ellas también se han descubierto el sistema de cañerías y con éste, voy a hacer un inciso.

Guissona se encuentra situada, además de sobre una de las antiguas civilizaciones romanas más importantes de Cataluña, sobre un acuífero, por lo que tanto el pueblo como su valle se ha visto abastecido de agua a lo largo de toda la historia. Esto los romanos lo sabían, sino no se entiende su avanzado sistema hidráulico utilizado para sus termas públicas donde también idearon una caldera para calentar el agua de algunas de sus piscinas.  Sobre ello estoy segura de que algo nos comentaron pero he de confesar que con el catalán aún me pierdo.

 

Parque arqueológico de Guissona
baños termales romanos

Durante las excavaciones, también  se encontraron numerosos utensilios, cerámicas, algún mosaico, joyas y hasta el cadáver de una chica de unos 25 años en una de las fosas. Ésta, al igual que el resto de bienes, está expuesta en el Museu de Gissona, un edificio inaugurado en el año 2000 lleno de tesoros de la época. Allí también se rescató una antigua lápida cuya inscripción de 200 palabras en latín fue traducida e interpretada por el grupo de teatro de Guissona. Se trata de uno de los primeros poemas dialogados escrito por una madre a su hija Lesbia, de once años.

La Guissona medieval

El pasado romano de Iesso actualmente convive con el casco antiguo medieval de Guissona. Lo descubrimos de la mano de Gemma De Solá, quien tomó el relevo a Josep Ros, y nos introdujo por el amasijo de calles peatonales tras pasar la única de las tres puertas de entrada que queda en pie para acceder a la parte medieval. Se trata de la Puerta del Ángel, fácil de identificar por el ángel que la preside.

Puerta del Ángel, Guissona

La calle que parte de ésta desemboca en la Plaza Mayor, antaño una fosa. Allí encontramos un cartel de cerámica de los años 20 que nos pide hablar bien, por dignidad, por cultura. Y no podemos estar más de acuerdo. No se trata de una placa exclusiva de Guissona, aquí no son los únicos mal hablados cuando el mercado antiguo que ocupaba la plaza comenzaba a llenarse. Sino que, ante la general desconfianza hacia la iglesia, ese mismo año se celebró en Tárrega el Congreso contra la blasfemia y, como resultado, estas placas fueron colocadas en numerosas plazas de toda España.

Placa Plaza mayor Guissona

Tiene sentido teniendo en cuenta que, en uno de los laterales de esta plaza,  se encuentra la iglesia principal del pueblo, Santa María de Guissona. De las pocas que conozco que dispongan de calefacción claro que, teniendo en cuenta que no la pagan ellos, se entiende mucho mejor. El calor que discurre por el suelo de Santa María corre a cargo del Grup Alimentari de Guissona, o como lo llaman ellos: la cooperativa. A fin de cuentas, Bon Área que, para aquellos que aún no lo conozcáis (dadle tiempo), se trata de una franquicia de supermercados catalanes que ya están presentes en numerosas comunidades españolas.

Bon Área ¿El milagro de Guissona?

Resulta bastante extraño, y cuanto menos sospechoso, pisar cualquier pueblo de España y no encontrarse a sus locales, con muy pocos quehaceres, sentados frente al bar o jugando a la petanca. Esto en Guissona no pasa, principalmente porque encontrarse a sus paisanos por sus calles es poco frecuente: están todos trabajando.

Una frase en desuso desde hace unos años y que incluso puede parecer una mofa. Pues no, es totalmente real. Y si la tónica habitual de un país en crisis favorece el éxodo rural, en Guissona sus locales no sólo no se han ido, sino que en los últimos 10 años su comunidad se ha visto incrementada. De los 3.000 habitantes propios de este municipio, actualmente hay censados más de 6.500, la gran mayoría de ellos inmigrantes que han encontrado en este pueblo catalán nuevas oportunidades laborales. Un fenómeno que muchos medios de comunicación se han aventurado a denominarlo milagro, ya que Guissona es el pueblo de España con menos tasa de paro, sólo un 2%.

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El responsable de repartir tanta aparente felicidad no es otro que el Grup Alimentari de Guissona, fundado en el año 59 por un pequeño grupo de ganaderos y avicultores de la comarca de la Segarra, considerada por aquel entonces como «el granero de Cataluña». Ante la imposibilidad de que pudieran vivir de los cultivos, en especial de los cereales, se les ocurrió la idea de diversificar su negocio y comenzaron con las explotaciones ganaderas convirtiéndose en la primera empresa alimentaria de Lleida y la cuarta de España. Y dominando así Guissona, pues no sólo 3.000 de sus ciudadanos trabajan directamente para la empresa, sino que la parte restante también lo hacen de forma indirecta. En el mismo pueblo, la cooperativa cuenta con supermercados, restaurantes, un geriátrico, compañía de seguros, el campo de golf Pitch & Putt y hasta con alguna gasolinera. Con este albarán es inevitable no pensar que el dinero se mueve en un bucle infinito con un único caballo ganador.

Me ha gustado mucho la comparación de Javier Godoy en el blog de Escapada rural en el que dice “La Fábrica en Guissona es como la Central de los Simpson en Springfield, una sombra alargada”. Quizá así os podáis hacer una idea y no quedarnos con el superficial dato de la creación de puestos de trabajo. Sí pero, ¿a qué precio?

Lamentablemente, gran parte del turismo que se dejan caer por el pueblo son excursiones organizadas a las instalaciones de la cooperativa, un enorme complejo equivalente a unos 23 campos de fútbol, sin contar el área residencial construida por la misma empresa para alojar la oleada de sus trabajadores. La otra parte lo hace por su famoso buffet de 5 euros, también Bon Área, situado en sus inmediaciones. Juega mejor sitio de juegos friv hoy.

Como podéis ver, salir de los límites de la cooperativa es bastante complicado, aunque posible. Todavía hay algo que ellos aún no han podido comprar (aunque lo estén intentando): el origen e historia de Guissona. Y eso precisamente fue el interés de este blogtrip #bcnTBguissona en el que participé junto con ocho Barcelona Travel Bloggers como Un Mundo de Experiencias, The Backpack Traveller, Pepe Pont, Verden Voyage, Roda el món i torna al Born y, el citado anteriormente, Escapada Rural. Guissona es mucho más que Bon Área.

Fuentes: Interviú- Los «milagros» de Guissona; Tv3- Guissona un gegant en alimentació; El País- Un pueblo alrededor de una empresa

Periodista digital especializada en viajes

4 Comments

  1. Muy buena descripción de Guissona! es verdad que quizás se la conoce más por su empresa cárnica que por su historia, pero este pueblo tiene mucho más que embutidos, Iesso es el ejemplo, unas ruinas romanas a la altura de las de Barcino, casi nada!

    Saludos viajeros!

  2. ¡Muchas gracias chicos! Sí, es una lástima porque buscando información de Guissona casi todo con lo que me he encontrado han sido visitas guiadas a La Fábrica, además de que se le ha dado mucho bombo con eso y, por mucho que Bon Área se haya hecho con el pueblo, éste tiene muchísimas cosas maravillosas para ver 😉 Vosotros ya lo sabéis. Un abrazo!

  3. Me he quedado bastante sorprendido de conocer Guissona con tu artículo. Hasta el momento el pueblo era para mi sinónimo de embutidos y supermercado. Ahora conozco más matices escondidos debajo del éxito de Bon Area y soy algo menos ignorante 🙂 Gracias!

  4. ¡Muchas gracias Daniel! jajaja de ignorante nada, es lo más frecuente, casi todo el mundo lo conoce o le suena de eso, yo hasta entonces también. Lo cierto es que un pueblo riquísimo en historia que merece muchísimo la pena.

    Gracias por tu comentario.

    Un abrazo 😉

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