Bakernes Paradis, la villa de los pasteleros de los fiordos noruegos

Bakernes Paradis, Noruega

Si eres de los que se inyectan azúcar en vena, entonces Bakernes Paradis te va a flipar.

Bakernes Paradis, Noruega

Bakernes Paradis es como aquel lugar de veraneo de ensueño, como el que muchas veces nos muestran en las películas. El lugar ideal donde volver a ser niño para bañarnos en los fiordos noruegos (de peques nunca se tiene frío). Correr por el césped, ir hasta la tienda en bicicleta o acabar tirándonos de los pelos con algún que otro niño porque te caía fatal.

Un pueblo donde por las mañanas huele a pan recién hecho. La furgoneta del panadero se encargaba de ello, aunque su rastro desaparecía tan pronto como él. Imagínate que ese hubiera sido el aroma habitual, día y noche, y que lo que más abundasen fuesen los pasteles. Vale, seríamos niños obesos.

Raro es que los noruegos no lo sean. Porque aquí es donde crecieron muchos de los niños de los años 20. Hijos de panaderos y reposteros que eligieron Bakernes Paradis como lugar de vacaciones.

En sus orígenes, Bakernes Paradis fue una granja. Cuando la familia que lo habitaba emigró a Estados Unidos, en los años 20, la Asociación de reposteros de Stavanger lo compró y lo reformó. Desde entonces, viven un verano de ensueño.

Bakernes Paradis, Noruega

La historia la podemos conocer en los interiores de Heimahuset, el café que nunca deja de oler a pan. En sus interiores se puede degustar algunos de los mejores productos artesanos: embutidos, galletas, bollos o confituras.

Aquí paran muchas de las lanchas y barcos que parten de Stavanger hacia el Lysefjord, el fiordo de la luz donde está el popular Preikestolen. Lo hacen para empacharse a bollos. Además de para conocer el lugar que durante 90 años fue el “Bakerfriends holiday home” (La casa de vacaciones de los amigos reposteros).

Unas hamacas aún abiertas en su orilla nos hacen pensar que los noruegos nunca pierden la esperanza de que algún día salga el sol. En aquel mismo lugar, no hace mucho tiempo, los pasteleros también bailaban, cantaban bajo los acordes de una guitarra y hasta jugaban al bingo. Historias que uno de los reposteros de Heimahuset nos relató durante la merienda y que hoy los viajeros pueden revivir en los días de verano.

Dulces noruegos

Bakernes Paradis se encuentra en la orilla de Lauvvik, a las afueras de Stavanger. El grupo Kronengruppe es quien se encarga de mantener la esencia del lugar aún viva. Y que, nada más desembarcar, llegue hacia nosotros el olor a horno.

El interior de Heimahuset está cuidadosamente decorado, sin romper la estética exterior: muebles de madera lacados en blanco, manteles de flores y variedad de repostería. En su parte baja se encuentra la cafetería y una pequeña tienda donde comprar los productos artesanos que allí se elaboran, además de algún souvenir. En su buhardilla, lo que encontramos es lo más parecido a un Zara Home, muebles y artículos de decoración a la venta.

Bakernes Paradis, Noruega

Bakernes Paradis es la parada perfecta para ponerse ciego a dulces. También para hacer un alto en el camino, si te ha pillado el típico día noruego subido a una lancha.

Hasta Bakernes Paradis también se puede acceder por carretera, aunque te estarías perdiendo el verdadero encanto de entrar por su embarcadero. El entorno que lo rodea es espectacular.

Si llueve, tranquilo. Todas las excursiones en lancha por los fiordos noruegos incluyen un traje al estilo Minion con el que cubrirse y que no entre el agua. Aquí podéis verlo:

fiordos noruegos

También unas gafas de ventisca y un chubasquero. Estos noruegos lo tienen todo pensado, normal que les vaya mucho mejor que a nosotros. No te pierdas los bancos de salmón del trayecto hacia el Lysefjord. Aunque será difícil que no los veas, los hay a raudales.

Bakernes Paradis, Noruega

Para más información: Visit Norway

Periodista digital especializada en viajes

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