Por qué Caldes de Montbui es la villa termal a la que necesitas huir, y rápido

  • Porque los balnearios son un bien universal. Y aquí hay tres.
  • Tú eres muy de estar a remojo.
  • Todo es tan rural y vintage, que te hincharás a ganar likes en Instagram.
  • En su día fue el lugar donde veraneaba la élite catalana, ahora la élite eres tú.
Fuente Caldes de Montbui
Imagen de A donde quiera que vaya

Los balnearios son el bien. Y esto es algo indiscutible. Son esa vía de escape que nuestras cabezas asocian con el relax, confort y felicidad. No sabemos muy bien si es por el vapor, que nos dejan a todos un poco tolais, o por el hecho de ponernos ese gorro que tanto nos favorece y oprime. El caso es que los dramas diarios, esos como el tener que lidiar con la eternidad de esperar 4 minutos a que pase el próximo metro porque ya vas tarde; pensar qué llevar en el tupper para que no parezca que comes siempre lo mismo; o esa cansina obsesión de que te van a echar del curro constantemente porque lo que haces, en realidad, no tiene sentido; esos dramas, y alguno más, pasan a un segundo plano en cuanto te colocas ese albornoz blanco que da inicio a tu fin de semana de ensueño; hasta el lunes, claro, que se repiten cual bucle. Ese es el poder de un spa, balneario, terma… nunca he sabido muy bien su diferencia. Un lujo que ha acabado estando al alcance del pueblo llano, o sea, nuestro, y por eso estamos tan contentos.

En Caldes de Montbui, un pequeño pueblo catalán situado en el Vallés Oriental, la sensación es un poco esa, aunque elevada al cuadrado. El agua termal no sólo está en los balnearios, que también; sino que discurre por los distintos puntos de su villa. Antiguamente todas sus fuentes emanaban agua medicinal, hoy lamentablemente ésta sólo la encontramos en los puntos estratégicos del pueblo:

Font del Lleó

Fuente del león en castellano

Font Lleó, Caldes de Montbui

La Font del Lleó es el icono de Caldes de Montbui. Lo sabrás bien porque está indicada en cada cartel o cada señal desde la entrada a la villa. No tiene pérdida, a pesar de que esté oculta bajo el vaho que tan bien viene para nuestro cutis. No, en la foto no se aprecia, es verdad, aún así está ahí, existe y se debe a sus 74 grados, otro dato que encontrarás repetidamente en los indicadores y que la han hecho estar entre las fuentes más calientes de Europa. No, no intentes meter la mano.

Apunte: La Font de Lleó está situada en la plaza que lleva su mismo nombre, que viene a ser el centro del pueblo. Asimismo, aquí es donde se organiza en verano su famoso Escaldarium. ¿Cómo? ¿Qué no sabes qué es eso? Me parece fatal. Toma anda: Cómo sobrevivir a tu primer Correfoc (o Escaldarium).

Lavadero público de la Portalera

lavadero_caldes_montbui

El lavadero es esa parte del pueblo que hace que sea pueblo. Para los que aún siguen viviendo, o veraneando en ellos, esto no es más que una cotidianidad, como lo sería el bar, el párroco o el párroco sentado en el bar. En cambio, para los que hace tiempo que no pisamos ninguno, el lavadero es el teletransporte a ese “cualquier tiempo pasado fue mejor” (mentira, y sino sufre tú un mes sin lavadora). Entonces se nos abre la boca y, sin poder evitarlo, sale a relucir nuestro catetismo de ciudad. Que vendría a ser algo así como: “Ooohhhh, un lavaderooo (cara de imbécil). Pero, la señora, ¿es parte del decorado o es que siguen lavando aquí? (con pregunta de imbécil)”. Sin poder levantar el dedo del disparador de la cámara. La señora te mira mal y tu te preguntas el por qué, como si fuera todo tan normal como que alguien te tomase fotos a ti esperando al autobús. Y así vamos por el mundo: fascinados como si, en vez de viajar, los últimos meses de nuestra existencia los hubiéramos pasado encerrados en una oficina. Quitemos el como.

La temperatura del agua del lavadero principal está a unos 55º, el más pequeño a 65º. Toda el agua es termal y, según las señoras «la ropa sale más blanca».

Thermalia

thermalia

Aunque lleva nombre de parque acuático, y por consiguiente te lo imaginas lleno de toboganes, es un museo. Aquí podrás saciar toda tu ansia de información acerca de Caldes de Montbui, de sus balnearios, su agua medicinal y, como premio, en su parte superior podrás disfrutar de una de las exposiciones más completas de Pablo Piccaso. Desde bocetos, a pinturas más elaboradas.

Los balnearios

Caldes de Montbui es la villa termal de Cataluña por excelencia. En su época de máximo esplendor, allá por el siglo XIX, llegó a contar hasta con nueve balnearios, por lo que era considerada como la segunda más importante de España. Era el lugar de vacaciones favorito de la burguesía catalana. Hoy, que sólo quedan dos balnearios abiertos al disfrute, es el nuestro.

Termas romanas

Como romanas que son, estas termas actualmente carecen de agua. Los romanos, como no, fueron los primeros en descubrir las propiedades curativas del agua y quienes comenzaron a crear los clásicos baños (todo muy romano) para los locales. Aunque no será el lugar donde te librarás de tus dramas y depresiones diarias, se pueden visitar. Y no hay foto porque nuestra visita coincidió con el Escaldarium y no estaban abiertas al público.

Balneario Can Rius

En su día, el balneario Can Rius fue uno de los más lujosos de la ciudad. Hoy su espacio ha sido reutilizado para bodas, bautizos y lo que se tercie. ¿Lo mejor? Sus ventanales de colores y sus vistas. En uno de sus edificios adyacentes, con aspecto ruinoso y no abierto al público, fue donde se grabó la película “Los ojos de Julia”.

Balneario Termes Victòria

Puede que no sea el balneario más lujoso que hayas pisado nunca, pero el Balneario Termes Victoria será diferente a cualquiera de los que hayas conocido. Y el más kitsch vintage, eso seguro. Y aquí es donde sacarías el móvil y todos los hipsters te amarían. Pero como está oscuro y a ti lo que te mola es estar a remojo, pasarás de todo. Pero a eso hemos venido, a relajarnos.

Y aquí nos veis a Miryam, de A donde quiera que vaya, y a mí súper estresadas.

Termas Victoria, Caldes de Montbui

 

La ducha de chorros. Aquí nada puede fallar. Los chorros son vida. Hasta que te metes dentro de esta estructura metálica donde los chorros salen a tanta presión que te entra el ataque de risa de tu vida. Sabías que iba a pasar porque mientras encendías la máquina en la sala de al lado había alguien llorando, riendo y gritando, todo al mismo tiempo. Y te das cuenta que tus abdominales no habían trabajado tanto en la vida, y que sigues riéndote, pero la máquina no para y no puedes salir. Ríes tanto, a lágrima viva, que no encuentras la salida. Morirás allí, con un absurdo gorro de piscina y con cara de Joker, pero feliz.

termas_victoria

Luego volverás a reírte mientras lo recuerdas en la piscina de agua caliente, y termal, no olvidemos que allí todo es termal. Pero no será lo mismo, nunca más volverás a hacerlo con tanta intensidad. Después llegará la sauna, salas decoradas con obras maestras de la escultura, para finalizar tu recorrido en una tumbona, con una copa de cava en la mano y la boca llena de fresas. Esto se llama felicidad.

Balneario Termes Victoria
Imagen de A donde quiera que vaya

Con todo lo dicho, y aunque no tuve la oportunidad de probar el balneario de Broquetas o Vila de Caldes (pero los chicos de Quaderns de Bitácola sí), os recomiendo que probéis las Termas Victoría. Es divertido y diferente, además de que el hotel está en pleno centro y cuenta con una terraza para los desayunos y cenas donde se está súper bien. Aunque para comer o cenar, los restaurantes más populares de la villa y donde se come de lujo son: el Robert de Nola, que recientemente lo han ampliado (uno de los mejores sin duda); y el Na Madrona, fusión entre la gastronomía catalana y la italiana. Exquisito.

cena

Parada vintage de regalo:

Farmacia Codina

Farmacia Codina

Y no hace falta que te duela nada para entrar. Tú sólo entra, te dará la sensación de estar en cualquier otro siglo. Un poco la misma sensación que con los lavaderos, pero sin farmacéutico tras la barra a quien poder acosar a fotos. Y lo agradecemos. La farmacia Codina se hizo famosa en su día porque los propio Codina, que eran muy de innovar ellos, se pusieron a fabricar y vender yogures en la misma farmacia. Éstos se hicieron tan populares que llegaron hasta otras farmacias de Barcelona.

Cómo me enrollo.

Periodista digital especializada en viajes

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