Qué ver en Florencia

No hace falta entender de arte para que a uno se le pongan los pelos de punta, o se les salten las lágrimas, admirando las obras maestras que la capital de la Toscana guarda entre paredes. Siempre he pensado que Florencia es como un cofre del tesoro, un lugar que esconde muy bien su fortuna para aquellos que buscan la belleza y perfección del renacimiento italiano. Una ciudad donde el arte florece en sus calles cada día con los pintores y retratistas que intentan seguir las huellas que marcaron Miguel Ángel o Boticelli, entre otros.

El fondo artístico de Florencia es practicamente inagotable, sin embargo, es indiscutible que la llave de la ciudad la tiene el David, la obra escultórica imperfecta más perfecta del arte italiano. Un impresionante hombre de mármol de Carrara que se encuentra en la Galería de la Academia de Florencia y que deja sin palabras a los que lo visitan nada más entrar en la sala. Puedo decir que, después de haberlo estudiado tantas veces en clase de arte, todo cuanto se escriba sobre él es poco. Encontrarse frente al David es comprender que no hay nada más bello que la imperfección, que incluso los defectos o la desproporción son admirables y que la perfección se logra con la admiración de la obra en su totalidad.

El David de Miguel Ángel

Es dificil quitarse la imagen del David de la cabeza, inevitable no compararalo con el resto de esculturas que invaden la ciudad imitando a la obra maestra por excelencia. Sin embargo, ninguna de ellas logra erizarnos la piel tal y como lo hace Miguel Ángel incluso muerto. Aunque no por ello la Piazza della Signoria dejará de impresionarnos. Considerada como la Meca política, aquí se encuentran tres emblemáticos edificios de origen medieval como el Palazzo Vecchio, el de los Uffizi y la Loggia y, entre las esculturas que aquí podemos encontrarnos, además de la réplica del David, está también una copia del León de Donatello (convertido en el símbolo de la ciudad) y la fuente de Neptuno debida a Bartolomeo Ammannati. Una losa grabada en el suelo marca el lugar en donde el fraile dominico Savonarola fue quemado por intentar cambiar los valores de Florencia y querer retirar los lujos de la ciudad.

Piazza della Signoria, por Francesco Gasparetti

En esta misma zona, al lado del Palazzo de los Uffizi, se encuentra la Galería que guarda las obras maestras de artistas como Boticelli, Leonardo Da Vinci, Rafael, Tiziano, Rubens o Caravaggio, entre otros. Normalmente la entrada a las Galería de los Uffizi suele requerir paciencia, ya que largas colas recorren sus soportales formando parte del decorado. Sin embargo, por ser un templo al que habría que rendirle todo el culto del mundo, la espera merece muchísimo la pena. No entraré a valorar cada una de las increíbles pinturas que allí se encuentran, ya que ni soy una entendida de arte ni procede, aunque lo que no puedo pasar por alto es comentar que, personalmente, no hay nada mejor en el mundo que encontrarse frente al Nacimiento de Venus de Boticelli, sin menospreciar tampoco la magestuosa Primavera. Dos magníficos cuadros que, cada uno de ellos, ocupan una pared de una sala y que son casi inabarcables para la vista. Un valor más que añadido para visitar Florencia.

Sin embargo, tampoco hay que olvidar los encantos que atraen cada año a miles de turistas. La Piazza del Duomo continúa siendo el lugar favorito y el icono de la ciudad. Aquí se encuentran la catedral (Duomo en italiano), el baptisterio y el campanile, además de la loggia del Bigallo. Una de las características de las catedrales e iglesias italianas es que, normalmente, el campanario está separado del edificio principal, tal y como se puede percibir en el baptisterio. Lo más llamativo de este edificio, además del diseño de sus exteriores, es la puerta Este, tallada en madera por el arquitecto Ghiberti y, posteriormente, cubierta de papel de oro. Miguel Ángel la nombró Puerta del paraíso, tal y como se la conoce desde entonces.

Plaza del Duomo, por Michel Guilly

Las calles colindantes al Duomo te sorprenderán por la cantidad de artistas ambulantes que esperan con su caballete a aquellos que quieran dejarse retratar con humor. También hay varias heladerías en donde disfrutar de uno de los principales manjares italianos, como la de Perche No!, situada en la Vía Tavoli, en las inmediaciones del Duomo.

Otras paradas prácticamente obligatorias están en el Ponte Vecchio, uno de los más famosos del mundo; la iglesia de Santa Croce, donde descansa Miguel Ángel; los Jardines de Boboli, dentrás del Palazzo Pitti; o la Piazzale Michelangelo, desde donde se tendrán las mejores vistas de Florencia.

El Ponte Vecchio está considerado como el puente de piedra más antiguo de Europa. Además, también se ha hecho popular por la gran cantidad de candados que los enamorados siguen colgando dél, a pesar de que las autoridades se dediquen a quitarlos. Aquí también se pueden ver las casas colgantes, hoy en día ocupadas por joyeros y orfebres. La iglesia de Santa Croce no sólo se la conoce por ser el lugar de reposo de Miguel Ángel, además de otros artistas como Tomás de Maquiavelo o Galileo Galilei, sino porque es la iglesia franciscana más grande del mundo.

Ponte Vecchio

Los Jardines de Boboli, situados detrás del Palacio Pitti es la zona verde más grande de Florencia, con una extensión de 45.000 metros cuadrados. Recorrerlos enteros puede llevar unas tres horas, aunque es un buen sitio para perderse del bullicio turístico de la ciudad. En el recorrido se pueden ver estatuas, fuentes y un pequeño lago, además de un antiguo anfiteatro. Por último, si quieres disfrutar de las mejores vistas de Florencia puedes subirte hasta la Piazzale Michelangelo, en donde una estatua de bronce recuerda nuestro síndrome de Stendhal (confusión e incluso alucinaciones al exponerse a una sobredosis de belleza artística; exagerada, ¿quién?) hacia el David. Está al sur de la orilla del río Arno, y la subida puede realizarse a pie. Aquí arriba hay sitios donde comer o tomarse algo, por lo que el esfuerzo tiene recompensa.

En el caso de que te sobre tiempo, o que te encante el turismo religioso, entonces también puedes acercarte hasta Santa María Novella, una iglesia dominica cuyos interiores la han convertido en una de las más bonitas de Florencia junto a Santa Croce. En cuanto a museos, aunque los Uffizi y la Galería de la Academia son los más interesantes y visitados por los turistas, también puedes acercarte hasta el museo Nazionale del Bargello, que cuenta con un gran número de esculturas (sinceramente, lo mejor de este museo es su arquitectura).

Jardines de Boboli, de Luis Puerto

La capital de la Toscana es ideal para recorrérsela a pie, ya que todo está relativamente cerca y, en el caso de que te alojes en el centro, entonces se puede ir a todos los sitios dando un paseo. Si por el contrario, la pereza pueda con vosotros, entonces siempre se puede tirar del autobús o travía. Sin duda alguna, Florencia es una de las ciudades más bellas y asombrosas de Italia, claro que estamos hablando de un país en donde todo es arte e historia, por lo que sería dificil encontrar una ciudad italiana que no nos guste.

Periodista digital especializada en viajes

1 Comment

  1. Soberbio artículo, biuen estructurado y escrito. Está claro que se ha esforzado een cdear un contenido dee calidad.
    Gracias por el esfuerzo

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