Ruta por Capadocia: religión, guerra, amor y sexo

Capadocia

Esta ruta por la Capadocia la hicimos en unos 4 días.

Capadocia

Guerra, amor y sexo. Parecen los elementos de cualquier novela romántica barata, aunque son los mismos que se usaron en Romeo y Julieta y parece que funcionó.

En la Capadocia la guerra y el amor también existió. Incluso hay alas, quizá no son las mismas que con las que Claire Danes conquistó a nuestro DiCaprio, pero parecidas. Lo que ellos no tenían, sin embargo, es un escenario como el de los turcos. Un capricho de la naturaleza cuyos responsables sólo se dejan ver en ocasiones contadas, cuando la niebla lo permite, y donde el viajero es transportado físicamente a la Edad de Piedra. No cuesta demasiado imaginarnos a los Picapiedra habitando sus famosos valles.

Esta es la ruta por Capadocia que realizamos durante el viaje de #SunwebTurquía con la agencia de viajes Sunweb. Por las distancias, será necesario disponer de coche o contar con un tour organizado, ya que es imposible realizarla de otra manera.

LA RELIGIÓN

El Museo al aire libre de Göreme

Museo Göreme

«¿Y si hacemos que toda esta maravilla del mundo sea nuestra? Venga va, dale». Y así es como los monjes hicieron de uno de los lugares más increíbles de Turquía, Göreme, su casa. Y aunque la historia de los monjes y sus creencias religiosas me da bastante pereza, he intentado poner toda mi atención, sobre todo al oír que había un santo hermafrodita llamado Onofre.

Tumbas de Göreme, Capadocia

Situado en el Parque Natural de Göreme, este valle fue uno de los monasterios más grandes y bonitos del mundo. Imprescindible en una ruta por la Capadocia.

En su día contaba con 365 capillas, cada una de ellas dedicada a un santo distinto: uno por día y porque no había más. Todas ellas escavadas en el interior de las formaciones rocosas.

Se dice que el monasterio fue levantado por San Pablo(no el apóstol) y sirvió como lugar de residencia de monjes y monjas; por eso también hay habitaciones, cocinas, muchos comedores y tumbas, algunas abiertas para crear buen rollo.

Por aquella época, los fieles también podían visitarlo. La entrada estaba permitida hasta que se pusiera el sol, momento en el que había que abandonar el recinto (desconocemos si por aquel entonces también se les cobraba o no entrada). Esto fue así hasta las invasiones cristianas, cuando los monjes (y monjas) dieron su brazo a torcer y permitieron usar su complejo religioso como escondite de los cristianos perseguidos. Míralos qué majos.

No todas las capillas están abiertas al público, aunque muchas de ellas e pueden visitar. Aquí sólo os muestro las que más me han gustado, sino sería eterno.

Lo más característico es que todas están decoradas con diferentes pinturas bíblicas, a veces muy rudimentarias pero con encanto. Las que más llaman la atención son las de la capilla de Santa Bárbara, donde está representado el demonio, aunque con una forma muy extraña (¿una cucaracha? La comparativa nos gusta). La iglesia de Las sandalias, donde todos los apóstoles y demás figuras parecen haber llegado de Benidorm con chanclas de colores (en realidad el origen de la pintura tiene que ver con las huellas que dejó Jesús antes de ascender al cielo).

Y, una de las favoritas: la de Onofre, una capilla donde se representa a una prostituta con pechos que, tras pedirle a Dios ser fea, éste hizo que le naciera barba y la convirtió en hermafrodita. En la pintura sale con una hoja de parra entre las piernas para confundirnos (no se podían tomar fotos).

Actualmente el Museo al Aire Libre de Göreme es una de las visitas principales de las rutas por Capadocia tras haber sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. La entrada son unos 6 euros (20TL).

Y, como toda religión desemboca en guerra, pasamos a las invasiones bárbaras.

GUERRA

La ciudad subterránea de Özkonak

Ozkonak, Capadocia

Özkonak no es más que una de las 123 ciudades subterráneas abandonadas de la Capadocia. De las pocas que está abierta al público y donde los no claustrofóbicos podemos conocer cómo era la vida de los antiguos habitantes de la Anatolia central que tuvieron que esconderse durante las guerras bárbaras.

Un refugio que nació principalmente como nevera o despensa con la intención de mantener los alimentos frescos, de ahí a que en su entrada principal nos encontremos con una bodega en donde aún se conserva la bañera donde se pisaba la uva. No fue hasta años más tarde cuando sus habitantes se vieron obligados a continuar escavando para esconderse de su enemigo, creando túneles estratégicos y recovecos donde vivir cerca de la comida. Auguraban una larga estancia bajo tierra. No se equivocaban.

Ozkonak, Capadocia

Los niveles fueron aumentando con los miembros de la familia. “Mi hijo se casa, pues construimos otra vivienda debajo de la nuestra”. Y así hasta llegar a los 10 niveles, la más profunda de ellas. La de Özkonak en concreto cuenta con un máximo de 6, aunque sólo 4 son visitables. Muchos de ellos han quedado bloqueados por las piedras, o han sido tapiados por los turcos para evitar que ningún turista se pierda o pueda dañarse, ya que los antiguos habitantes se las ingeniaron bien para que, en el caso de que el enemigo se colase, no pudiera llegar hasta ellos o no pudieran salir de aquel laberinto.

Por esta razón los túneles son bajos, para evitar que los invasores pasaran por ellos con sus armaduras. Tampoco son rectos, para que las antorchas no pudieran alumbrar el final del camino. Asimismo, la mayoría de las estancias cuentan con grandes piedras redondas tras sus entradas que servían como puertas.

Todos los niveles están escavados al tuntún, no se trata de pisos como tal, pues no siguen un orden horizontal. Se dice que tardaron en escavarlos unos 6.400 años y desde el siglo XIV estas ciudades están abandonadas. El precio de la entrada es de unos 3 euros (10 liras turcas).

HAZ EL AMOR

Valle de los cazadores y el valle de las palomas

Valle de los cazadores, Capadocia

La mejor forma de ver el valle de los cazadores es desde el mirador Göreme Panorama, donde además hay un bar con sofás para disfrutar de una Efes (cerveza turca) con vistas.

El nombre viene dado porque, según la leyenda, en estos valles antiguamente habitaban hadas que convivían con las tribus locales. La relación no debía ser muy buena, ya que si el roce hace el cariño, la guerra entre ellos nació precisamente de éste, de cuando una de las hadas y un local se enamoraron.

El pueblo, al estilo Montesco, decidió poner fin a esa relación y a todas las venideras, y zanjaron el problema matando a todas las hadas del lugar. Desde entonces se dice que las almas de esas hadas aún perviven y que éstas han sido reencarnadas en palomas (qué elección más mala).

Las palomas las podemos ver en el valle que ha tomado su mismo nombre: el valle de las palomas, que también se conoce como Güvercinlik Vadisi. Y aquí están, para el ascazo.

Valle de las palomas, Capadocia

Y no hay amor sin sexo en una ruta por la Capadocia.

EL SEXO

El valle del amor (o de los penes)

Valle del amor, Capadocia

Lo podríamos llamar Pasabaglari, el valle de los monjes, del amor, incluso el de las chimeneas de las hadas (nombre que se utiliza a este tipo de formaciones que también pueden verse en el Gran Cañón, EEUU). Sí, todo eso está muy bien pero, al final siempre son “esas piedras con forma de pene” que viste una vez en una revista. Todo ello acompañado de la correspondiente risa tonta y haciendo alarde de nuestra falta de ingenio, el mismo chiste prefabricado de siempre. Como si aún fuéramos niños, y sin el como.

Y es que estas rocas con forma fálica, el mejor homenaje que podría tener el miembro varonil, son uno de los reclamos turísticos de la Capadocia, además de los más fotografiados desde el aire por aquellos que se atreven a hacer el viaje en globo. El icono de la región, por decirlo de alguna manera. Un capricho de la naturaleza creado a base de la erosión ocasionada por la lava de los volcanes de la Capadocia (Erciyes Dağı, Keçiboyduran Dağı, Develi Dağı, Göllü Dağı y Melendiz Dağı), el agua, el aire y la nieve.

Valle del amor, Capadocia

Como se puede intuir por los agujeros de las mismas, antiguamente estas rocas estaban habitadas. De hecho, actualmente aún se puede entrar en el interior de algunas de ellas; aunque al no estar controladas (la visita es totalmente libre), algunas de sus estancias están llenas de mierda de los turistas y huele a pis. Los hay que no saben viajar, qué bien estaban en sus casas.

El “aún se puede entrar” es por la cantidad de grietas que podemos encontrar en sus paredes o en el techo. Según nos contó nuestro guía de Sunweb, Günas, debido al impacto medioambiental estas formaciones están en peligro de extinción y, aunque todavía tienen que pasar muchos años para que desaparezcan, el desgaste es evidente.

Valle del amor, Capadocia


La había con el salto logrado pero esta me ha parecido más graciosa. Foto de Planeta Dunia.

Recomendación si haces la ruta por Capadocia

Uçhisar

Aunque no tuvimos mucho tiempo para visitarlo más que por fuera, uno de los lugares de los que más disfruté de la ruta por Capadocia fue Uçhisar, un conjunto de casas trogloditas donde aún quedan residiendo un par de familias.

Allí hay un hotel, el Ahbap Konaği cuyas vistas de la piscina y terraza dan directamente al valle. Os recomiendo que os toméis allí una cerveza, o çay, pues no hay excursiones de turistas y es un lugar muy tranquilo con unas vistas impresionantes. Y si veis a Peter, darle recuerdos de mi parte.

Veo, veo, lo que me da la gana de ver

Devrent Vadis, Capadocia

Por último, sí, ya estamos acabando, un juego del valle Devrent Vadis, o el valle de las adivinanzas. Estas formaciones rocosas dan para mucho, y a eso a los turcos les encanta. Nuestro guía Günas decía que veía  una virgen, y hasta un pingüino, en ellas. Igual es que allí no tienen zoo. Yo, en cambio, no vi nada. Igual me falta imaginación pero, ¿tú ves algo?

Periodista digital especializada en viajes

12 Comments

  1. Me ha gustado la comparación. Yo estuve hace años, uno de los viajes más bonitos que he hecho. Aunque creo que te has quedado un poco corta con el monasterio. Este es impresionante,puedes perderte allí horas. Tiene muchísima historia. ¿Cuánto tiempo estuvistes?

    Salu2

    Carla

  2. Hola Carla,

    Gracias por tu comentario. Jajaja sí, muy corta, estuvimos allí al menos un par de horas. Lo cierto es que todo lo que tenga que ver con la iglesia me da mucha pereza, aunque he de admitir que el sitio es espectacular : )

    Nosotros estuvimos muy poco, tres días y medio creo que fueron. Se que nos quedó alguna cosa por ver, así que volveré XD

    Un abrazo!!

  3. Muy buena descripción de una tierra magica, pero se te olvido mencionar una de las leyendas mas conocidas de Cappadocia y la que os vincula a los catalanes a la misma, ya que en esas yermas tierras nació San Jorge, al cual vosotros llamais San Jordi. Que rescato a la princesa de las garras de ese dragón que cincelo tantas veces Gaudi y que bien se podia esconder entre las chimeneas de hadas que mencionas

  4. Cupido cortó las uñas divinas de Venus con un flecha mientras que ella dormía y el destino las transformó en una piedra de color negro profundo llamada Ónice.

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