Eze, pueblo medieval en los Alpes Marítimos de Francia

Soy un desastre, o más bien es que a penas tengo mucho tiempo para actualizar. Sí, me gusta más esta segunda escusa. Hoy he encontrado un huequito muerto en mi tarde, cuánto lo necesitaba, y me gustaría mostraros un pueblo muy bonito que conocí en mi viaje por La Costa Azul y que merece la pena visitar si os dejáis caer por allí: Eze. Está situado justo en el lado derecho de la carretera del mar que va desde Niza a Mónaco (a la izquierda en el caso de que vayáis en sentido contrario). Es muy pequeño, por lo que visitarlo sólo llevará dos horas, como mucho. El pueblo está en lo alto de un acantilado a unos 427 metros sobre el nivel del mar. Es peatonal, por lo que el coche puedes dejarlo en el aparcamiento que hay justo en los pies del pueblo que, aunque es de pago, creo recordar que sólo fueron unos céntimos.

 

Calles de Eze

 

Se trata de un pueblo prehistórico y medieval, por lo que no es de extrañar que, tanto sus calles como las pequeñas edificaciones sean todas de piedra. Al estar en lo alto, Eze está cuesta arriba, por lo que lo más aconsejable es llevar un calzado cómodo. Sólo cuenta con unos 2.500 habitantes, sin embargo, en él se ve vida. Por sus estrechas y pedregosas callejuelas se sitúan un montón de tiendas artesanales que, lógicamente, son bastante caras. Asimismo, cuenta con un par de cafeterías- restaurante donde se pueden reponer fuerzas o degustar sus crepes, que no están nada mal, por cierto.

 

También hay un hotel bastante exclusivo, en cuya entrada no se ven más que pasar a Ferraris o Lamborginis. Si no estás alojado no podrás acceder a sus impresionantes jardines, donde se encuentra la famosa Cabra de oro, nombre que recibe el hotel. Sin embargo, desde algunas de las calles podremos tener increíbles vistas de éstos, que disponen hasta de un ajedrez gigante. Quedarse a hacer noche aquí debe de ser una auténtica pasada, ya que es uno de los pueblos más tranquilos y silenciosos que he visto nunca. El precio del Chateau de la chevre d’or es de unos 340 euros la noche, para quien pueda permitírselo.

 

Eze dispone de varios monumentos que podremos visitar. Éstos son: las ruinas del castillo medieval y la muralla, donde destacan la puerta fortificada doble o la Porte des Maures (la puerta de los moros) y la casa de Riquier, la capilla de la Santa Cruz, la basílica de Nuestra Señora de la Asunción, la fábrica de perfumes y el jardín botánico, en el que destaca la colección de cactus. En sus alrededores, además, hay varias rutas de senderismo y hasta un campo de golf, por lo que retirarse aquí un fin de semana también es una genial idea. La peculiaridad de este pueblo ha atraído siempre a un montón de escritores y pintores, algunos tan conocidos como Nietzsche, donde se retiró a trabajar en sus novelas. Desde luego, el mejor lugar para inspirarse. Apartado, tranquilo e histórico. Una joya de la Costa azul.

Imágenes:

 

 

 

Periodista digital especializada en viajes

4 Comments

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  2. Acostumbro cada mañana buscar posts para pasar un buen momento leyendo y de esta forma me he tropezado vuetro post. La verdad me ha gustado la web y pienso volver para seguir pasando buenos momentos.
    Saludos

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