Entrevista a Enric González

Enric González

«Lo que más me gusta de una ciudad nueva es que en ninguna esquina me asalta un recuerdo»

Entrevista a Enric González

Historias de Londres, Historias de Nueva York e Historias de Roma. De propina, Historias del calcio, un retrato de la sociedad italiana a través del fútbol. Con estos cuatro libros el periodista Enric González se ha revelado como un fantástico escritor de viajes por su capacidad para dibujar ciudades de una manera personal pero universal a la vez. Ninguno de ellos es una guía, pero todos son capaces de transmitir sus sensaciones y, lo que es mejor, despertar las nuestras si hemos estado allí… o incluso si todavía no lo hemos hecho. Actualmente cubre la corresponsalía de Jerusalén para El País, periódico con el que ha trotado por medio mundo y en el que ha firmado centenares de columnas, no solo de viajes sino de casi cualquier cosa, como la deliciosa Un asunto marginal en el suplemento Domingo.

Ayer mismo contactamos con él para pedirle que nos concediese una entrevista y, sólo tres horas después, ya teníamos sus respuestas, esta foto y un abrazo en el buzón de entrada.

¿Londres, Nueva York, Roma o Jerusalén?

Según. Me gustan mucho las tres primeras, pero vivo en la cuarta. Me he acostumbrado a no elegir.

“Hubo otras ciudades después y otras pasiones, pero ningún amor es como el primero. Y ninguna ciudad es como Londres”, ¿no has vuelto a enamorarte así desde entonces?

Ningún amor es como el primero. Londres me dio una oportunidad después de unos años muy turbulentos. También es cierto que ningún amor es como el último.

¿Cuál es el sitio de Londres que no nos podríamos perder?

Más que lugares, Londres tiene momentos. Un día de mayo de sol resplandeciente, por ejemplo. En un día como ese, vale cualquier parque o cualquier cementerio.

Si ahora te dijeran que tienes que volver, ¿volverías?

Dependería. Prefiero no volver, pero dependería de las condiciones.

También estuviste de corresponsal en París y Washington, ¿no te inspiraron lo suficiente como para escribir un libro sobre ellas?

Nadie me pagó un anticipo por escribir sobre ellas.

¿Es difícil acceder a los trapicheos de la Casa Blanca?

Para un periodista de un medio español es muy, muy difícil.

En Roma tuviste la opción de entrevistar a Berlusconi y lo rechazaste, ¿te daba miedo que también te viera como un «futuro socio»?

No acepté las precondiciones para la entrevista. En cualquier caso, no creo que Berlusconi pudiera verme como un futuro socio: estoy muy lejos (espero) de su nivel moral, y lejísimos de su nivel económico.

¿Para cuándo estará Historias de Jerusalén?

No estará, no escribiré esas historias. Ya he dado bastante la lata con mis aventurillas.

Dicen que en Jerusalén es la ciudad en donde aún quedan los restos históricos más antiguos del mundo, más que en Roma, ¿queda algo de ello visible?

Si uno cree que en tal piedra está la huella de Jesús, en tal otra está la huella de Mahoma y en tal tumba (de Hebrón) reposan los restos de Abraham, en esta parte del mundo pueden encontrarse montones de antigüedades. De las auténticas hay menos. Jerusalén ha sido arrasada bastantes veces. La Ciudad Vieja de hoy es una ciudad romana del siglo I, Aelia Capitolina, con las murallas otomanas que construyó Suleimán.

Si nos fuéramos ahora mismo allí, ¿qué lugares nos recomendarías?

Hay muchas cosas que visitar y vienen en las guías. Si tuviera que recomendar algo, diría que la Cúpula de la Roca, porque es uno de los edificios más hermosos del mundo, y cualquier tramo del muro, porque es una de las cosas más feas del mundo.

Roma y Jerusalén se disputan el negocio de la religión. Hace muchos años, la religión era el opio del pueblo. Luego lo fue el deporte, pero ahora más que opio es una anfetamina. ¿Cuál es el opio hoy en día? ¿Y qué papel queda para la religión?

La religión está bastante viva en todo el planeta, salvo en Europa. El opio de hoy es el bienestar material.

Durante tu etapa en El País también escribiste sobre fútbol, sobre la Liga italiana, en una columna semanal. ¿Cómo se vive el fútbol allí? ¿En qué lugares de los que has vivido se vive con más intensidad?

Como no he vivido en Buenos Aires, no conozco nada comparable a Roma en cuanto a pasión futbolística. No me refiero a lo que podríamos llamar “ambiente futbolístico”, que en Londres es supremo. Hablo de las pasiones personales y sociales, de las frustraciones históricas y políticas que se vuelcan en el fútbol.

Leyendo tus ‘Historias del calcio’ da la sensación de que todo en Italia se puede explicar a través del fútbol. ¿Es cierto?

No se puede explicar todo a través del calcio. Pero sí casi todo.

¿Por qué hay tantas diferencias en los deportes entre Europa (básicamente fútbol) y América (fútbol americano, béisbol, etc.)? ¿Tan diferentes somos?

Somos muy diferentes. Estados Unidos fue fundado por fanáticos religiosos que huían de Europa y su sociedad se basa en la fe en el contacto directo entre la persona y Dios. Europa es más de iglesias, es decir, comunidades. El deporte estadounidense tiene mucho de entretenimiento y espectáculo, mientras el fútbol europeo tiende al fenómeno catártico y al drama social.

Hasta hace poco estabas cubriendo las revueltas de Oriente Próximo, ¿quién y cómo se decide qué conflicto debes de cubrir?

Estas cosas se deciden entre el corresponsal y los jefes de la redacción, que tienen la última palabra.

¿Da tiempo para hacer turismo?

No. No da tiempo a ir a determinados lugares, aunque se descubren por accidente cosas fascinantes.

¿Es seguro viajar a Egipto en estos momentos?

Para un turista, sí. Para un egipcio, menos.

¿No echas de menos Barcelona? ¿No le debes un libro?

No suelo echar de menos. Creo que estoy al día en el pago de impuestos municipales, o sea que a Barcelona no le debo nada.

¿Dónde te podríamos encontrar en la ciudad condal? Aquel lugar al que siempre vuelves.

Al margen de mi casa y la de mis padres, suelo visitar Boadas, en la Rambla, y el Tomás, en Sarrià.

¿Qué es lo que más te gusta de llegar a una nueva ciudad?

Que es nueva, que tengo que aprenderla, que aún no me fatiga, que en ninguna esquina me asalta un recuerdo.

¿Qué llevas siempre contigo en todos tus viajes y mudanzas?

Tengo una ligera manía con los pañuelos. Pero viajo ligero, con poco equipaje. Siempre llevo libros y bolígrafos (escribo en cualquier trozo de papel, que luego suelo perder), aspirinas y gafas de leer.

¿Cuándo surgió tu pasión por los viajes?

Viajé mucho de pequeño, con mis padres. Después he viajado por trabajo. Quizá con otro oficio no me habría movido de mi calle.

¿Qué libro de viajes, además de los tuyos, recomendarías a cualquier viajero?

Recomendaría muchísimos antes que los míos. Los de Mark Twain, inexactos pero divertidos; los de Wilfred Thesiger, porque parece que el mundo lo inventó él; los de Kapuscinski, porque son gran periodismo; el “Patagonia” de Chatwin…

Ser corresponsal, ¿te llegó o lo buscaste?

Fue un accidente, como todo. No creía dar el nivel, y esa es una de las cosas en las que no he cambiado de opinión.

Dicen que la vida de un corresponsal o periodista de viajes es muy solitaria, en tu caso ya hemos visto que no es así, ¿cuál es la clave para arrastrar a tu familia contigo?

Mi familia es mi mujer, que ha renunciado a muchas cosas para seguir soportándome. También están los gatos. Si tuviera hijos habría sido más complicado moverse.

¿Cuál ha sido el conflicto que más te ha costado cubrir?

Sin ninguna duda el más difícil, al menos por ahora, es el de Siria: no dan visados y hay que cubrirlo a distancia, o sea, mal.

En Historias de Roma dices que “Un corresponsal es un tipo que se despierta cada mañana con una náusea en el estómago y la convicción de que su despido es inminente” ¿Tenéis ahora más presión que nunca?

Ahora es todo más rápido e irreflexivo. También hay más medios técnicos. Si a uno le angustia pertenecer a una especie en peligro de extinción, la presión es mayor que nunca.

¿Cuál es la parte positiva de todo ello?

Yo creo que se aprende, y eso es mucho. Y se cobra, aunque no todos y no siempre.

¿Te ves como el nuevo Kapuscinski?

Ni en broma.

¿Cómo ves el panorama del periodismo actualmente? ¿Qué evolución le ves a los medios tradicionales?

Es todo muy raro. Los medios tradicionales no se preocupan por su público natural, los lectores tradicionales; los medios escritos ofrecen cada vez menos lectura; los medios audiovisuales (con excepciones) ofrecen rutina, sensacionalismo y esperpento barato… Algún día terminará la reconversión de un sector que tiene una ventaja sobre otros: la nevera te la pueden fabricar en China, pero las noticias de tu pueblo, no.

¿Crees que la profesión acabará desapareciendo?

El periodismo sobrevivirá. No estoy tan seguro de que sobrevivan físicamente los periodistas, vista la rapidez con la que menguan los salarios.

¿A qué lugar te gustaría que te destinaran? ¿Por qué?

Me gustaría cubrir el desastre del euro, desde cualquier lugar de Europa.

Preguntas rápidas

Inglaterra o España: Inglaterra, salvo a las horas de comer y cenar.

El cupido de Piccadilly Circus o la Fontana di Trevi: la Fontana, incluso sin rubia dentro.

Brooklyn Lager o Peroni: Brooklyn Lager.

Pasta o hamburguesa: hamburguesa.

La colina del Vaticano o el monte Tabor: Vaticano.

La Torre Eiffel o la estatua de la Libertad: La estatua de la Libertad.

Espanyol o Inter de Milán: Espanyol.

Papel o digital: Papel.

Periodista digital especializada en viajes

5 Comments

  1. Llego aquí por otras razones, y me encuentro con una entrevista a una de las personas que más admiro del panorama actual. ¡Increíble Enric!

    (y suerte con el viaje del sorteo)

  2. jajajaja yo lo amo directamente 🙂 sus libros son geniales, me encanta. Me alegro que te haya gustado. ¡Gracias! aunque yo, igual que Antonio, tengo muy poca suerte en los sorteos jeje a ver si cambia!

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