Shiraz, la ciudad iraní de la poesía

Mausoleo Hafez, Shiraz

Cuando las armas son las palabras

Shiraz, poesía

Hay lugares a los que uno teme sin razón, porque se lo han inculcado. No se saben muy bien los porqués, porque quién continuó esa cadena del miedo no lo tiene muy claro. Sabe de odio, de rencor, de una historia a medias y de países subdesarrollados. O eso cree él. Hay que ver cuántas estupideces se llegan a oír en un bar. Sólo a través de los viajes uno puede llegar a conocer, cuestionarse y desprenderse de falsas verdades que nos han inculcado con fines bélicos. A ti no te gusta la guerra, a ellos tampoco. Sólo nos separa una frontera y de eso se trata, de separar.

En Irán, esa falsa careta que les ha pintado Estados Unidos sus habitantes la combaten con la poesía, la misma con la que encuentran la libertad que les ha quitado su gobierno. Las letras son el aire, el rayo de esperanza, el anhelado recreo. Son el grito con el que los poetas han movilizado a sus masas. Poetas reconocidos, anónimos, inmortales. Poetas ilegales, callejeros o en las sombras, pero poetas. Y, si las letras son indispensables en la vida iraní, Shiraz es ese poema que todos quieren leer. Shiraz es la ciudad de la poesía.

– یک شعر
– ¿Qué es eso?
– Son poemas
– ¿Vende poemas?
– Claro ¿Quieres uno? Toma, te lo regalo

Y entonces el periquito que acompañaba al señor, algo mayor y desaliñado, cogió uno de los papeles verdes entre los más de cincuenta de todos los colores.

poemas Shiraz

– Ábrelo – me dijo Saeedeh, una de las chicas iraníes que conocimos allí.
– Está en farsi, ¿qué dice?
– A ver cómo te lo explico
– ¿Voy a morir?
– Jajajaja… No, es un poema, no una carta astral. Es bueno, es un verso de Hafez. Dice que tu vida va a cambiar, vas a conocer a alguien importante.
– ¿Y qué más? ¿Tantas líneas para eso?
– Es un poema, los poemas no tienen traducción. Pero quédate con la idea.

Seguimos avanzando por la calle Hafezie, en honor al poeta. Una pintura en una de sus paredes hace referencia a los vendedores de poemas, casi siempre acompañados por un periquito que escoge la pieza.

Los iraníes aman la poesía

Shiraz, capital de la poesía

– یک شعر
– ¿Otro?
– Aquí es muy común. Hay muchos vendedores de poemas. Normalmente los jóvenes compramos unos cuantos a lo largo del día. Nos gustan mucho. Mirad, venid, os voy a llevar hasta nuestro maestro.

Saeedeh era una universitaria iraní de tan sólo veinticinco años. La encontramos unos metros más atrás. O más bien nos encontró ella a nosotros. Estábamos perdidos cuando se ofreció a ayudarnos.

– Nosotras vamos para allá, os acompañamos. No hay muchos turistas por aquí. Nos gustan los turistas. Muchos de ellos vienen en tours organizados y no podemos hablar con ellos. Es una suerte haberos encontrado.

Se equivocaba, la suerte fue nuestra. Mientras intercambiábamos opiniones sobre su país, el nuestro y la vida en general, la calle se empezó a llenar de versos. Jóvenes recitándolos en alto. Algunos reían. Poemas sin traducción que iban pasando una mano a otra y que a tantas generaciones han inspirado. Qué bella me resultó aquella imagen. Letras que mueven sueños.

Los poetas Hafez y Saadi están enterrados en Shiraz

Y, pensando en lo extraño que sería vivir un momento similar en mi país, llegamos hasta el que me auguraba una mejora en mi vida: Hafez. Endiosado, bajo una cúpula gris cielo y rodeado de jardines donde los universitarios acudían por las tardes a leer y a relajarse bajo el sol.

Mausoleo Hafez, Shiraz

En su tumba, uno de sus versos más famosos le recuerda. Inscripciones por las que los locales pasan sus dedos al tiempo que lo recitan. Todos lo conocen. Han nacido con ellos. Aprovechando la presencia de Saeedeh y Aisa, sacamos del bolso una hoja que días antes un hombre nos entregó en Teherán al pasar por nuestro lado.

– Es un poema. Anónimo. Habla sobre la libertad, la lucha y la unión – Suspira- Aquí usamos las letras para desahogarnos, para huir de la represión. Nos gusta y muchos son capaces de escribir grandes versos. Yo también escribo.

Hafez no es el único poeta al que se le recuerda cada tarde en Shiraz. Al otro lado de la ciudad, al final de Boostan Boulevard, encontramos a Saadi. “Él era más político”, nos explica Saeedeh. “También lo estudias en la escuela y, aunque es uno de los más grandes de la poesía iraní, a nosotras nos gusta más Hafez porque trata sobre historias personales, de la vida y del amor”.

Hafez era sufí, además de uno de los más importantes de la literatura persa. De ahí a que su mausoleo sea una de las visitas imprescindibles en la ciudad de los poetas

Los jardines son posteriores a su muerte y, en uno de los laterales, hay un pequeño cementerio donde yacen otros artistas literarios de la ciudad.

Shiraz, tumbas poetas

El mausoleo de Saadi, sin embargo, es algo mayor que el anterior. En él se hace tributo a este poeta medieval que destacó por ser un poco crítico a la política y sociedad. En alguno de sus libros incluso reflexiona sobre las prácticas de los Derviches (si no sabéis quiénes son aquí os dejo mi post para no quedaros dormiros cuando vayáis a verlos).

Además de estar rodeado de jardines, en el también hay un pequeño anfiteatro y la Fish Pond, un cubículo de agua que, a pesar de la suciedad que flotaba en ella, dicen que es sagrada. Fue descubierta por un viajero marroquí que visitó Shiraz 57 años después de la muerte del poeta. Todavía hoy se cree que esta pila tiene propiedades curativas. Aunque se reformó en varias ocasiones, se ha conservado su aspecto original.

También se dice que cerca de esta agua Saadi escribió sus poemas Bustan (The Orchard) y Golestan (the Rose Garden).

Mausoleo de Saadi, Shiraz

Dos artistas que, a través de sus letras, han servido de inspiración a posteriores generaciones.

La censura de la poesía en Irán

En Irán todos son poetas. Algunos de ellos censurados, pues antes de que cualquier obra pueda ser publicada o difundida, ésta debe de pasar unos controles del gobierno. Este fue el caso de Meysam, el poeta de Isfahán que nos acogió.

Su poema sobre el desamor no fue considerado apto por el Gobierno de Irán, no obstante, ha podido publicarlo gracias a sus contactos en una pequeña editorial. La principal diferencia es que no se puede vender en librerías y que él ha tenido que asumir todos los gastos. Como él, el país guarda entre sus sombras a cientos de jóvenes que escriben por amor y bajo la censura.

Para algunos no es un obstáculo, lo repartirán en las calles o los recitarán en encuentros y reuniones, tal y como Nicolas Wild nos muestra en Así calló Zaratustra (cómic más que recomendable si tenéis pensado viajar a Irán).

Los versos y la esperanza de que el turismo acabe con la represión son uno de los temas más discutidos por los jóvenes. En Shiraz, una vez cae la noche, no hay mucho más que hacer. Casi no hay bares donde quedar para tomarse un té, por lo que lo hacen frente alguna heladería para disfrutar de un paloodeh, un helado típico de aquí considerado como uno de los más deliciosos del país. Tiene como fideos muy finos con sabor a chocolate blanco, aunque creo que no era chocolate. El complemento perfecto para irse, literalmente, con un buen sabor de boca.

Y es que, volviendo al bar y a conversaciones que estoy cansada de oír, el desarrollo no se mide con lo material, sino en lo intelectual. Y aquí, en Irán, conocimientos, arte y romanticismo les sobra.

El pasado fin de semana me encontré con un amigo con el que suelo coincidir cada vez que vengo por Asturias y me volvió a echar la bronca: “Todavía no me has explicado qué tiene Irán para ir a visitarlo”. Entre otras muchas cosas, Guille, Irán es poesía.

Nota: Todas las fotos que tenía sobre Meysam y su libro se fueron con el ladrón que me robó el móvil en Barcelona. También la entrevista que le hice y otras imágenes de Shiraz iluminada de noche o de la heladería. No, no hice copias de seguridad.

Periodista digital especializada en viajes

6 Comments

  1. Me ha encantado este post! En occidente hay esta visión de Irán tan parcial que la gente no se puede imaginar las maravillas que este país esconde detrás de sus ya conocidos defectos. Un país que ama tanto la poesía no puede ser tan terrible, verdad? 😉
    La historia del señor que vende poemas con la ayuda de su periquito es adorable!
    Por cierto, este verano me voy a tu tierra para huir del calor de Barcelona 🙂

  2. Hola Míriam,

    Muchas gracias 🙂 Lo de la poesía en Irán es flipante, todo el mundo es poeta. Aunque Shiraz es quien se lleva la fama, porque están los templos y hay vendedores de poemas en cada esquina, la verdad es que en Teherán hoja que nos daban por la calle era poesía. Son unos artistas. Ojalá consigan lo que se merecen.

    Aisss envidia que me das!!! Ojalá pudiera volver a Asturias ya 🙂 Disfruta de las vacaciones.

    Un besin!

  3. Aiiissss qué mona!!! Me ha encantado el vídeo, resume perfectamente la esencia de Irán. No, no era él, pero era uno de ellos. Vendían así los poemas y los jóvenes los recitaban igual delante de ellos. La imagen es igual que la que hemos vivido 🙂

    Gracias por hacerme recordar el momento!

    Y ya me contarás qué tal por Asturias y con los asturianos. Que no me entere yo que no se portan bien 🙂

    Un besazo!!

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