Thomas Cook, el impulsor de las agencias de viajes

Thomas Cook nos suena a todos, aunque sólo sea por haberlo leído en la fachada de numerosas agencias de viajes o por ser el nombre de una de las aerolíneas británicas que, aunque no conozcamos a nadie que la haya probado, siempre está ahí, esperando para despegar (aunque tampoco nunca lográsemos ver su despegue). Hasta hoy, he de reconocer que mi ignorancia sobre su persona me hacia situarlo en un barco descubriendo cualquier isla del Pacífico o matando a salvajes en Australia; historias de los conquistadores de antaño. Tampoco había caído muy lejos, ya que hubo un Cook que realizó todas esas artimañas (¿James, John?), no era él.

Nuestro Cook de ahora, el que pretendo presentaros mientras descubro cada vez más negocios con su nombre, fue un visionario. Un hombre que, si bien es importante en la historia de los viajes, actualmente si levantase la cabeza más de uno se le tiraría encima. De acuerdo, a muchos no os gustan los viajes organizados pero, gracias a su primer tour, en 1841, y a su modelo de negocio que aplicó en el resto de viajes, permitió que ese afán de conocer mundo fuera alcanzable para todas las clases sociales, sobre todo para la obrera, a quien él se dirigía.

Su primer viaje organizado le cayó por casualidad (como a las actrices españolas que dicen haber sido descubiertas en el metro por algún director cazatalentos) en un viaje en tren a un congreso de antialcohólicos de Leicester a Loughborough, UK. En esa concentración, de la que él fue presidente, logró reunir a 500 asistentes que viajarían en el mismo tren llevándose comisión por cada billete vendido. De esa escapada, a Cook se le ocurrió organizar otro viaje un poco más ambicioso: 165.000 personas que viajarían a la Exposición de Londres y, años más tarde, a la de París en un «todo incluido». De ahí ideó los cruceros por el Nilo y se enamoró de Suiza, donde fue el primero en organizar viajes de alpinismo poniendo de moda este país hasta nuestros días.

La sede de su agencia de viajes fue establecida en Londres (la primera de ellas en Fleet St), ciudad donde se encuentra actualmente; aunque abrió sucursales americanas para crear paquetes de vacaciones con hotel y transporte con operadoras de este país, y Europa. Su logro más destacado, de hecho, fue su exclusividad en la ruta italiana de Brennero a Brindisi, ya que durante la guerra franco-prusiana fue la única compañía que operaba entre estos dos municipios. Otras grandezas que se le atribuyen a la agencia de viajes Thomas Cook es la de haber creado los forfaits, el primer billete de la vuelta al mundo tocando destinos poco frecuentes para aquella época, los cupones descuento de hotel y también las guías de viajes para algunas de sus rutas. Actualmente, la compañía aérea de Thomas Cook cuenta ya con más de 23,7 millones de pasajeros, además de sucursales por todo el mundo, editorial propia, viajes deportivos, etc. Un imperio responsable de haber creado el turismo de masas en destinos que muchos viajeros intentamos evitar y de concebir los viajes como actividad de ocio, aunque para muchos continúe siendo una forma de vida. ¿Alguna vez habéis viajado con ellos?

Fuentes: Thomas Cook Group; Wikipedia; Biografías y vidas; Infonomia

Periodista digital especializada en viajes

2 Comments

  1. Curioso, mira que conocía la compañía aérea, pero no me había percatado en informarme sobre su origen, desde luego que hizo mucho en este mundillo de los viajes, aunque poco a poco los viajeros nos volvamos más independientes y usemos menos las agencias de viajes, como siempre la evolución manda 😀

    Saludos!

  2. Yo caí por casualidad, redactando un post sobre cruceros por el Nilo, donde también fueron los precursores, ¡vaya imperio! Lo mejor de las agencias es que hay tanta competencia que hoy en día se pueden encontrar vuelos muy baratos a cualquier sitio 😀 Aunque yo tampoco soy de viajes organizados.

    ¡Un saludo!

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