Calçots y calçotades. Dos motivos en uno por los que Cataluña engancha

Cómo se comen los Calçots

Amarás el romesco por encima de todas las cosas. Cómo se comen los Calçots Los calçots en Cataluña son como el cachopo para los asturianos: la pieza fundamental de la gastronomía autonómica de la que poco se sabe fuera y cuyos locales no conciben la vida sin ella. Sólo hace falta venir a Cataluña de enero a abril (aunque la temporada empieza en noviembre), para ver cómo tus amigos catalanes desaparecen todos los fines de semana porque se van de “calçotada”. “¿Otra vez? Pero, ¿cuántas llevas ya?” Y así año tras año. Y es que esa cebolla parecida a un puerro, que en su momento la miraste con indiferencia, resultó ser lo mejor que has probado nunca (después del cachopo, claro). Un plan sagrado para los catalanes y ahora también para ti, que acabaste asistiendo a una de ellas sin muchas ganas y por compromiso pero que, desde entonces, eres tú el que anda desaparecido. Avisa en casa, anda, tus padres aún intentan localizarte desde la temporada pasada. “Dijo algo de que había probado calsots. A ver si va a ser droga”. Seguro que su salsa, la romesco, algo de eso lleva. Prueba de ello la cantidad de barras de pan que acabamos metiendo dentro. Y cada año lo mismo.

Pero para los que aún no hayáis tenido la oportunidad de vivir este ritual, porque es todo un ritual, y no tengáis ni idea de lo que estoy hablando, vamos a empezar por el principio: por la materia prima, el calçot; y la caçotada, el evento social que sólo se puede hacer en grupo.

El calçot

Un calçot es esto. Una cebolla diferente a todas las cebollas que habías conocido jamás. Son propias de Cataluña, así que no las busques fuera de sus fronteras. Tiene un aspecto dudoso y no te convencerán: “comer cebolla así sin más”. Pero como te quedes mucho tiempo en Cataluña acabarán siendo tu dieta anual de finales de invierno. El gancho no es otro que la salsa romesco (tomate, ajo, pimientos rojos secos, almendras y avellanas machacadas) en la que se moja. Altamente adictiva. calçotada bcnTB

Calçot +calçot = calçotada

La calçotada se compone de millones de calçots, mucha carne, butifarra, vino a raudales y muchos amigos. Un evento al que más vale que te apuntes para no pasar el sábado solo. Las calçotades que molan se hacen en merenderos y las hace uno mismo. Se hacen a la parrilla, con el fuego, por eso el funcionamiento es muy similar al de una barbacoa. Tú muévete mucho por el grupo: del fuego a la mesa, de la mesa al fuego y, ¡ojo! siempre con algo en la mano. Así parecerá que estás haciendo algo pero sin hacer nada.

Otra opción si resultó que te tocó a ti organizarla, o porque quieres llevar a tus padres pero te da un poco de vergüenza que vean el ambiente en el que te mueves, es ir a comerlos a una masía. Una masía, que todo hay que explicároslo, es como una casona rural. Así, a lo grande. Lo mejor es buscarla en Tarragona o en el Alt Camp, ya que es lo más tradicional y eso a los padres pues les gusta.

La que tuve la oportunidad de conocer en mi última calçotada es Mas la Boella, una antigua masía habilitada como hotel y restaurante donde se produce uno de los mejores aceites de la zona. De hecho está rodeada de olivos y allí mismo realizan la producción, por lo que podéis catarlo. Esta fue mi primera calçotada en restaurante, por lo que nos explicaron cuál es el menú tradicional y descubrí algunas cosas que en el merendero no se estilan. Por ejemplo, que tradicionalmente los calçots se sirven en tejas para conservar el calor y darle un toque de glamour. También que hay gente que usa guantes y un babero con el que estarás ridículo pero que evitará que llegues a casa lleno de lamparones. Además,  el vino se bebe directamente del porrón (sí, según se vaya vaciando el porrón el babero se vuelve fundamental). Mas La Boella calçotada Y llegamos al momento más importante:

Cómo se come un calçot

Puedes hacerlo con o sin guantes. Yo me quedo con la opción sin, que embadurnarse parece que le da un encanto especial. Coges el calçot por lo verde, lo alzas y con la otra mano le quitas lo quemado arrastrándolo hacía abajo (diría una ordinariez que todos entenderíais muy bien, pero igual hay padres delante). Luego lo mojas en la salsa, lo vuelves a levantar mientras te pringas todo el cuerpo de romesco y te lo metes en la boca. Fácil y para nada sucio. calçots Y, como buen producto que se precie, los calçots también tienen su propia Festa de la calçotada, en Valls el último fin de semana de enero. El concurso estrella, que bien podría ser vasco es: ¿Cuántos calçots eres capaz de comer en 45 minutos? Desconocemos si hubo víctimas, aunque indigestiones seguro.

Ingredientes imprescindibles para una calçotada

  • Millones de calçots
  • Carne
  • Salsa romesco
  • Muchas servilletas, o varios rollos de cocina por cabeza
  • Sal
  • Vino y cerveza en abundancia
  • Pan, es importante para hincharse a mojarlo en la salsa
  • Periódicos para envolverlos una vez hechos
  • No haber cenado la noche anterior
  • No haber comido ni cenado en una semana
  • Unos cuantos amigos
  • Y que al menos un par de ellos sepan hacer fuego, y calçots
  • La peor ropa que tengas en el armario. Esa que tu madre piensa que ya está en la basura, pero que tu aún guardas no se sabe muy bien por qué
  • Y si sobran, que lo dudo, intenta llevarte unos cuantos sin hacer aún para casa. La tortilla de calçots está buenísima

Gracias a Beatriz Lizana de Xperimentando por esa foto guapa que me sacó 😉

Periodista digital especializada en viajes

9 Comments

  1. Jajaja me encanta cómo lo describes! Doy fe de que están buenísimos, pero recomiendo comerlos sin guantes, que la comida también se disfruta por el tacto…luego vas y te lavas! Eso sí, lo del babero es un puntazo, soy fan absoluta y guardo el de mi primera calçotada porque estaba decorado y todo.
    P.D. De nada por la foto, te perdono la errata en mi apellido 😉

  2. jajajajaja se me ha ido XD Cambiado. Gracias guapa por comentar. tengo muchas ganas de repetir así que haber si organizamos algo próximamente 😉

    Un besazo y ¡me han encantado las fotos! Pedazo fotógrafa 😀

  3. No los he probado nunca, pero después de leerte me apetece un poco más. Estoy segura de que yo soy de las que se marcha con un lamparón en la camiseta jajaja.
    Un saludo y feliz fin de semana!

  4. Es que las calçotadas son algo más que comidas, son eventos sociales! Y las mejores son las que se hacen al aire libre, en masías, como la de tus fotos. Eso que hacen en algunos restaurantes de comerse los calçots sentado a la mesa y con guantes de plástico es una tontería, con lo divertido que es pringarse!

  5. Gracias chicas por vuestros comentarios. Carmen tienes que probarlo, ¡está buenísimo! jajaja yo soy de las que se manchan siempre, Sandra. Pero tienes razón, las de campo son mucho más divertidas XD

    ¡Un abrazo!

  6. Hmm qué pinta, he oído hablar mucho pero nunca las he probado. Gracias por la receta, la verdad es que prefiero probarlas un situ ja ja un besazo de la cosmopolilla

  7. Genial Laura….tal cual!!…te ha faltado la foto de la Crema Catalanaaaa!!! pero te lo perdono porque todo todo está clavado!!!

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